ENSAYO PRIMERO: Ser barro

Todos llevamos dentro el peso de nuestra fragilidad, de conocer el desamparo, el frío, la soledad, de haber caminado sin la espera de encontrar un rostro amable, una mirada salvadora, solo oscuridad y barro...robles de barro, casas de barro...gente de barro. Así nos moldeamos, como dioses, cual arcilla, deteriorados por la hostilidad de la intemperie; unos a otros, iguales y ajenos, lejanos. Vos y yo mezclemos nuestra arcilla hasta que no se vislumbre ni principio ni fin...
Siento las manos inquietas, buscan tu cuerpo, calor, actos de sumisión. Vuelve revuelta la sangre, mecanismos de acción de esta pasividad que quiere transformarse en pasión. Pequeñas cuotas de esta vida que me traen una felicidad evasiva, esquiva, inconstante; por momentos intoxicante, otras anhelante. Será que quiero tenerte, saberte incondicionalmente mía, no prestarte, entregarme a tus caprichos mas convulsos, amarte.
Cada gota de sudor que corre por mi frente, cada espasmo que se genera en mi cuerpo, cada ridículo gesto que contorsiona mi cara es despertado de los mas oscuros suburbios de mi alma por el roce de tu cuerpo, tu sutil manía de atravezar mi mirada, de querer pasearte en mi cerebro con la sola intensión de abrazarlo.